Wanderlust es un nuevo término en boca de todos. Traducido como 'pasión por viajar', esta nueva denominación del clásico 'apasionado de los viajes' gana adeptos y genera controversia, pues el fenómeno wanderlust va más allá del simple vocablo y se lleva a debate su origen como fenómeno psicológico o incluso, biológico.


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Viajar es para muchos una pasión. Espíritus inquietos habitan por doquier, siempre en busca de nuevas experiencias aventuras o destinos. Pero, ¿albergan todos los aficionados a los viajes auténticos espíritus wanderlust? Antes de nada, definamos qué significa esta popularizada etiqueta. Con raíz etimológica alemana (wandern significa “vagar” y lust es “pasión”), wanderlust es un término empleado en la lengua inglesa y traducido como 'pasión por viajar'. Esta denominación ha cruzado fronteras y hoy podemos escucharla en casi cualquier parte del mundo. Pero, ¿qué define a un verdadero espíritu wanderlust?

¿Fenómeno psicológico o biológico? 

El espíritu wanderlust es ya un fenómeno social. Acapara titulares, se cuela en nuestras conversaciones y llega a convertirse en objeto de investigación. Saber si eres un auténtico espíritu wanderlust, si en ti habita esa irrefrenable pasión por viajar llevada a su máxima expresión, pasa por detectar compartimentos tales como organizar tu calendario anual según tus escapadas, consultar diariamente ofertas de viaje, sentir impulsos de volar a cualquier destino cada vez que pasas por un aeropuerto... Pero, ¿es el espíritu wanderlust un fenómeno psicológico o biológico?

Según la revista Traveler: 'algunos investigadores defienden que existe el gen wanderlust, un derivado del gen DRD4 que podría estar ligado a los niveles de dopamina; mientras que otros defienden que se tratA de un fenómeno psicológico. El gen DRD4 contiene las instrucciones para construir los receptores de la dopamina, el químico encargado de dar placer al cerebro. El gen wanderlust podría estar escondido en el cromosoma 11, pudiendo definir la predisposición de una persona a viajar'.

La dopamina se activa en nuestros cuerpos a través recompensas naturales: comida, interacciones sociales, el humor... Al parecer, aquellas personas que esconden un gen DRD4 más pronunciado son las más impulsivas, extrovertidas e inquietas. Éstas son las que, según las fuentes de Traveler, se podría considerar que esconden el espíritu wanderlust: 'son aquéllos que aman viajar y no tienen miedo a tomar riesgos'.

Según la publicación, para otros estudiosos como el doctor Michael Brein, experto en psicología de viajes, 'es difícil enlazar la personalidad de un individuo con un gen. Pongamos el ejemplo de los pintores: ¿nacen con un gen que les convierte en artistas naturales o son simplemente personas que han aprendido de los elementos que les rodean? La condición humana es compleja y existen decenas de elementos sociales, culturales, biológicos y fisiológicos que juegan un papel importante'. Por lo tanto, según este punto de vista, es más fácil hablar de un fenómeno psicológico wanderlust, que de un gen en sí.

Abierto el debate, lo que es seguro es que viajar es bueno para nuestro cuerpo y nuestra mente. Gracias al espíritu viajero y las ganas de descubrir, se abren en nuestra vida grandes puertas de conocimiento y nuevas culturas. Se activa nuestro cerebro, mejoramos nuestra orientación y nuestras habilidades comunicativas. Viajamos para conocer pero sobre todo para sentir. ¡Potencia el viajero que hay en ti y explora tus propios límites!


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