Existen ciudades para disfrutar la lluvia. Ciudades donde este fenómeno natural aporta una magia especial a disfrutar bajo el paraguas y con tu mochila impermeable. Un buen café, el olor a fresco, una atmósfera bucólica. Este abril de aguas mil que nada agüe tus vacaciones de Pascua: descubre 5 ciudades donde un chaparrón te arregla el día. 


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Tokio. Espectáculo multicolor

En Tokio el Arco Iris no sale al pasar la tempestad, en la capital japonesa el espectáculo de color llega con las primeras gotas.  En el cruce de Shibuya bajo la lluvia, cientos de paraguas reclaman su sitio en un perfecto caos colorista, que se funde con el reflejo en el suelo mojado de las luces de neón de los edificios.

Berlín. Cafés y museos

Otra de las grandes ciudades para disfrutar la lluvia en Europa es Berlín. Sus anchas avenidas se prestan a largos paseos bajo el paraguas y con una buena mochila impermeable donde todo vaya a buen  recaudo y sin preocupaciones (te puede interesar: Mochilas impermeables para la vida real). Refúgiate en alguno de sus muchos museos y cafés, y no te pierdas la ciudad iluminada al cae la noche. Es un momento mágica bajo la lluvia.

Praga. ¡Que se pare el tiempo!

Praga es una ciudad de cuento, cargada de bella melancolía que destella con la lluvia. Bajo su cielo gris el tiempo se detiene, las  fachadas de sus edificios históricos destacan por sobre con los adoquines empapados. Si buscas un viaje de Pascua inspirador y relajante, piérdete por la capital checa: entre muros de historia, cafés, boutiques y tiendas de marionetas serás feliz.

Kuala Lumpur. Fusión con la tormenta

Damos el salto a Malasia. En Kuala Lumpur los rascacielos, como en Tokio, parecen fundirse con el gris de la tormenta. En ocasiones, las nubes descienden tanto que crean un espectacular manto sobre los edificios. Ver las Torres Petronas desaparecen bajo esa neblina chispeante no tiene precio. 

Londres. El clásico

Y no podíamos despedir esta breve lista de ciudades para disfrutar de la lluvia sin nombrar Londres. Es imposible conocer la capital inglesa sin vivir uno de sus días de lluvia. Eso sí, olvida eso de quedarte en el hotel. Cálzate las botas de agua y tu mochila impermeable y a recorrer sus brillantes calles con aire limpio de contaminación y una atmósfera mística.

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