El chocolate es el placer por excelencia. Un exquisito manjar con más de 300 sabores distintos que acaudala un gran número de adictos. Bien por su delicioso sabor, su aroma, su textura, sus variedades o incluso el fetichismo de sus envoltorios, si te consideras un apasionado de este ancestral regalo gustativo, sin duda debes visitar estos 5 destinos para amantes del chocolate o chocofoodies.
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1. Bélgica
Bélgica tiene más chocolaterías por metro cuadrado que cualquier otro país del mundo. Aquí el chocolate llegó para quedarse en 1912 cuando Jean Neuhaus inventó el praliné -un dulce de chocolate mezclado con crema, frutos secos y azúcar- dándole al producto un toque autóctono. Entre las direcciones más recomendables para deleitarse con el chocolate belga tradicional: Neuhaus, Godiva, Leonidas y Guylian. Y a la vanguardia de las nuevas generaciones de maestros chocolateros: Pierre Marcolini, conocido como el enfant terrible del chocolate, es famoso por su chocolate aspirado y por utilizar hilos de oro; su tienda en Bruselas parece una joyería. Y las creaciones de Dolfin con hasta un 88% en cacao.
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2. Suiza
Suiza tiene una íntima relación con el chocolate. Una historia que defienden con orgullo y que se remonta a 1875 cuando lo mezclaron con leche, y a 1879 cuando a Rudolphe Lindt se le ocurrió derretirlo regalando al mundo el chocolate fundido. Con su inconfundible visión del lujo, los suizos ofrecen su chocolate en auténticas galerías de arte. En Zurich encontrarás algunas chocolaterías espectaculares como Sprungli -atento a sus deliciosas trufas-. En Ginebra: Chocolaterie du Rhone, con más de 50 tipos de chocolate. Y si quieres, puedes reservar un billete en el Tren del Chocolate que conecta Montreux y Broc. En esta coqueta ciudad visita la Maison Caillier, un lugar de cuento perfecto para hacer un delicioso tour y salir con el mejor sabor de boca.
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3. París
Si París es mágica en todo lo que se propone -y en lo que no, también- no lo iba a ser menos en chocolate. Si eres un chocofoodie en París, comienza tu recorrido por un clásico: Pierre Hermé, el artesano más renombrado de la ciudad. Continúa con Jean-Paul Hévin conocido internacionalmente por sus chupa chups de chocolate. Haz un alto en Patrick Roger, el chico malo de la Ville Lumiere, y disfruta de sus provocativas creaciones. Y no dejes de visitar Chloé Chocolat donde toda la materia prima –con un 85% de pureza- llega de la cooperativa boliviana El Ceibo. Allí, además de disfrutar de sus propuestas, podrás reservar una lección magistral o un recorrido temático por París con el chocolate como protagonista.